Las consecuencias laborales de un ERTE
Un ERTE es un procedimiento temporal para enfrentar situaciones laborales adversas. Permite a las empresas reducir costes sin recurrir a despidos o cierres. Existen dos tipos de ERTE: reducción de actividad y suspensión de actividad. Durante un ERTE, el trabajador recibe una prestación económica. El artículo brinda información sobre la definición, diferencias con el ERE, procedimiento, derechos del trabajador, impacto en las empresas y aspectos adicionales del ERTE. También se incluyen recomendaciones finales. No hay conclusiones. No hay saludos ni despedidas.
¿Qué es un ERTE?
Un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, conocido como ERTE, es un procedimiento que las empresas pueden utilizar de forma temporal para hacer frente a situaciones adversas en el ámbito laboral. Su objetivo principal es permitir a las empresas reducir costes y evitar medidas más drásticas como despidos colectivos o el cierre de la empresa. A diferencia del Expediente de Regulación de Empleo (ERE), el ERTE no es definitivo y brinda la oportunidad de retomar la actividad una vez superada la crisis.
Definición y objetivo del ERTE
Un ERTE es un procedimiento administrativo al que las empresas pueden acogerse para afrontar situaciones laborales adversas de manera temporal. Su objetivo principal es permitir a las empresas reducir costes y evitar medidas más drásticas como despidos colectivos o el cierre de la empresa. El ERTE brinda la oportunidad de retomar la actividad una vez superada la crisis.
Diferencias entre ERTE y ERE
Es importante distinguir entre un ERTE y un ERE. Mientras que el ERTE es una medida temporal que permite a las empresas reducir costes y suspender temporalmente los contratos de los trabajadores, el ERE es un procedimiento definitivo que implica la extinción de contratos de manera colectiva. En resumen, el ERTE es una solución temporal para situaciones adversas, mientras que el ERE implica la finalización permanente de los contratos de trabajo.
Situaciones que justifican un ERTE
El ERTE se aplica en casos de dificultades técnicas, organizativas o económicas que ponen en riesgo la continuidad de la empresa. Estas dificultades pueden estar relacionadas con la disminución de la actividad económica, la crisis sanitaria, la interrupción de cadenas de suministro, restricciones a la movilidad, entre otros factores. El ERTE se ha convertido en un elemento relevante en el contexto actual debido a la pandemia del coronavirus y las medidas de contención adoptadas por el Gobierno de España.
Procedimiento y regulación del ERTE
En España, el ERTE está regulado por el artículo 47 del Estatuto de los Trabajadores. Se trata de un procedimiento administrativo en el cual las empresas deben obtener autorización para suspender temporalmente los contratos de trabajo de los empleados o reducir sus jornadas laborales sin despedir definitivamente a parte o a todos los trabajadores. Es importante destacar que no existe un plazo mínimo ni máximo para la duración de un ERTE, ya que está supeditada a la superación de las circunstancias extraordinarias que lo han motivado.
Tipos de ERTE
El ERTE, o Expediente de Regulación Temporal de Empleo, contempla dos modalidades principales en función de la situación laboral de los trabajadores: la reducción de la actividad laboral y la suspensión de la actividad laboral.
Reducción de la actividad laboral
En la modalidad de reducción de la actividad laboral, los contratos de los trabajadores se ven modificados en cuanto a su jornada laboral o el número de días que acuden a trabajar. Esta reducción puede oscilar entre un mínimo del 10% y un máximo del 70% respecto a la jornada habitual de cada empleado.
Suspensión de la actividad laboral
Por otro lado, la suspensión de la actividad laboral implica dejar en suspenso el contrato durante un periodo determinado. Esta situación se aplica en circunstancias de fuerza mayor, como la interrupción grave de las cadenas de suministro, el cierre del espacio aéreo o de las fronteras del país, restricciones a la movilidad o riesgos para la salud del personal y los consumidores.
Requisitos y procedimiento para aplicar un ERTE
La empresa que desee acogerse a un ERTE debe cumplir una serie de requisitos y seguir un procedimiento establecido. Es necesario justificar las circunstancias que ponen en riesgo la continuidad de la empresa, ya sean dificultades económicas, técnicas u organizativas. Además, es fundamental presentar la solicitud correspondiente ante la autoridad laboral competente, proporcionando toda la documentación requerida y siguiendo los plazos establecidos.
Derechos y prestaciones del trabajador en un ERTE
Prestación por desempleo durante el ERTE
En un ERTE, el trabajador pasa a estar en situación de desempleo y tiene derecho a recibir una prestación económica. Esta prestación por desempleo es abonada por la Seguridad Social y equivaldrá al 70% de la base reguladora de su sueldo durante los primeros seis meses. A partir del séptimo mes, la prestación se reducirá al 50% de la base reguladora.
Duración y cuantía de la prestación
La duración de la prestación por desempleo durante un ERTE dependerá de varios factores, como la situación del trabajador antes del ERTE y la duración estimada del mismo. En general, el trabajador podrá percibir la prestación durante el tiempo en el que se mantenga la situación de suspensión o reducción de su actividad laboral. La cuantía de la prestación también variará según los ingresos previos del trabajador.
Otros derechos del trabajador durante el ERTE
Además de la prestación por desempleo, el trabajador en un ERTE conserva algunos derechos laborales, como el derecho al tiempo de cotización en la Seguridad Social, el derecho a la asistencia y participación en cursos de formación, y el derecho a la reincorporación laboral una vez finalizado el ERTE. También se reconocen derechos específicos en situaciones excepcionales, como el derecho a la suspensión de las cotizaciones a la Seguridad Social en algunas circunstancias.
Impacto del ERTE en las empresas
La implementación de un ERTE tiene un impacto significativo en las empresas, permitiéndoles reducir costes laborales y tomar medidas para hacer frente a situaciones adversas sin recurrir a despidos masivos o al cierre de la empresa.
4.1. Reducción de costes laborales y medidas empresariales
Uno de los principales beneficios de un ERTE es la reducción de costes laborales para las empresas. Al suspender o reducir la actividad laboral de los empleados, se disminuye la carga salarial y otros gastos asociados, como las cotizaciones a la seguridad social. Esto puede ser clave para mantener la viabilidad económica de la empresa en tiempos de crisis.
Además de la reducción de costes, las empresas pueden implementar otras medidas para hacer frente a la situación. Esto puede incluir ajustes en la organización del trabajo, redistribución de tareas, negociación de condiciones laborales, cambios en los horarios o turnos de trabajo, entre otras opciones. La flexibilidad es fundamental para adaptarse a la nueva realidad y optimizar los recursos disponibles.
4.2. Gestión laboral y recursos humanos durante el ERTE
La gestión laboral y de recursos humanos adquiere un papel destacado durante un ERTE. Es necesario establecer una comunicación transparente y constante con los empleados, informándoles sobre la situación, los motivos del ERTE y las medidas adoptadas. Es importante garantizar que se cumplan todas las obligaciones legales y laborales en relación a los trabajadores afectados.
Asimismo, la gestión de recursos humanos debe velar por mantener la motivación y el compromiso de los empleados, incluso en tiempos difíciles. Es fundamental fomentar la comunicación interna, ofrecer apoyo psicológico si es necesario y promover la formación y capacitación mientras dure el ERTE, aprovechando el período de suspensión o reducción de actividad para potenciar el desarrollo profesional de los trabajadores.
4.3. Implicaciones legales y laborales del ERTE
El ERTE implica una serie de implicaciones legales y laborales que las empresas deben tener en cuenta. Es fundamental cumplir con todos los requisitos y procedimientos establecidos por la legislación laboral, solicitando la autorización correspondiente y comunicando adecuadamente a los trabajadores y a la autoridad laboral competente.
Además, es necesario respetar los derechos laborales de los empleados afectados por el ERTE, garantizando el acceso a la prestación por desempleo correspondiente y preservando los derechos de antigüedad, vacaciones, derechos adquiridos y otros beneficios que les correspondan. La falta de cumplimiento de las obligaciones legales puede acarrear consecuencias negativas para la empresa.
ERTE por fuerza mayor y otras situaciones extraordinarias
El ERTE por fuerza mayor es una modalidad especial que se aplica en situaciones emergentes e imprevistas, como desastres naturales, epidemias o crisis económicas. Se trata de un procedimiento excepcional que permite a las empresas suspender temporalmente los contratos de trabajo debido a circunstancias que escapan a su control.
Causas económicas, técnicas u organizativas para un ERTE
Además de la fuerza mayor, existen otras causas que pueden justificar la aplicación de un ERTE. Estas incluyen dificultades económicas graves, cambios técnicos en la producción o reestructuraciones organizativas que afecten de manera sustancial a la empresa.
ERTE por fuerza mayor temporal y sus características
El ERTE por fuerza mayor tiene una duración determinada y se implementa cuando la situación excepcional que lo motiva persiste. Durante este periodo, los trabajadores afectados quedan en situación de suspensión temporal de empleo y pueden acceder a prestaciones por desempleo. Además, la empresa está exenta de pagar las cotizaciones sociales correspondientes a los trabajadores afectados.
La autoridad laboral competente y su papel en el ERTE
La autoridad laboral competente es la encargada de autorizar y tramitar los expedientes de regulación temporal de empleo. Es necesario presentar la solicitud de ERTE ante esta entidad, proporcionando la documentación requerida y justificando adecuadamente las causas que lo justifican. La autoridad laboral evalúa la viabilidad del ERTE y emite la correspondiente resolución.
Aspectos adicionales del ERTE
A continuación, abordaremos algunos aspectos adicionales a tener en cuenta sobre el ERTE, que incluyen vacaciones y suspensión temporal del contrato, incapacidad temporal y baja laboral en un ERTE, y excedencia voluntaria y otras opciones en el ERTE.
Vacaciones y suspensión temporal del contrato
Durante un ERTE, la situación de suspensión temporal del contrato afecta directamente al cómputo de las vacaciones. En este sentido, los periodos en los que el contrato esté suspendido no se computarán a efectos de disfrute de las vacaciones. Por tanto, los trabajadores no podrán hacer uso de sus días de vacaciones durante la vigencia del ERTE.
Incapacidad temporal y baja laboral en un ERTE
Cuando un trabajador se encuentra en situación de incapacidad temporal (baja laboral) mientras está inmerso en un ERTE, tiene derecho a percibir la correspondiente prestación económica por parte de la Seguridad Social. Esta prestación será calculada en base a la base reguladora correspondiente. Es importante tener en cuenta que el periodo de baja laboral no afectará a la duración del ERTE, ya que este se mantiene vigente independientemente de la situación de incapacidad temporal del trabajador.
Excedencia voluntaria y otras opciones en el ERTE
Un aspecto a considerar en el contexto de un ERTE es la posibilidad de solicitar una excedencia voluntaria. Durante el periodo de vigencia del ERTE, los trabajadores podrían optar por solicitar una excedencia, lo que les permitiría mantener su vinculación con la empresa, pero sin sueldo ni cotización a la Seguridad Social. Además de la excedencia, existen otras opciones que los trabajadores pueden considerar dentro de un ERTE, como la reducción de jornada o la modificación de las condiciones laborales, siempre y cuando se consensúe con la empresa y se respeten las normativas legales vigentes.
Recomendaciones y consideraciones finales
Procedimientos de despido colectivo y otras alternativas
En caso de que el ERTE no sea una solución viable a largo plazo, es importante considerar otros procedimientos como el despido colectivo. Este proceso debe llevarse a cabo respetando la normativa laboral vigente y garantizando los derechos de los trabajadores. Otras alternativas a tener en cuenta son la reestructuración interna de la empresa, la promoción del teletrabajo y la búsqueda de nuevas vías de negocio. Es fundamental contar con el asesoramiento legal adecuado para llevar a cabo estos procesos de forma justa y transparente.
Uso eficiente del ERTE y su duración
Es recomendable utilizar el ERTE de manera eficiente, evaluando constantemente la situación de la empresa y las necesidades de los trabajadores. La duración del ERTE debe ser lo más breve posible, evitando su prolongación innecesaria. Es fundamental establecer un plan de acción claro y realista para la reactivación de la actividad laboral una vez superada la crisis que motivó el ERTE. La comunicación transparente con los empleados será clave para mantener su motivación y compromiso durante este proceso.
Aspectos a tener en cuenta al finalizar el ERTE
Una vez finalizado el ERTE, es importante considerar algunos aspectos clave. En primer lugar, se debe evaluar el impacto que ha tenido esta medida en la empresa y en los trabajadores, analizando los resultados y aprendiendo de la experiencia. Además, es necesario garantizar una adecuada reincorporación de los empleados, ofreciendo la formación o el apoyo necesario para adaptarse a posibles cambios en la organización. También es recomendable revisar y actualizar los planes de contingencia de la empresa para estar preparados ante posibles situaciones similares en el futuro. En resumen, las recomendaciones y consideraciones finales para el manejo de un ERTE incluyen la valoración de procedimientos alternativos, la eficiencia en su uso y duración, y la atención a distintos aspectos al finalizar esta medida. La adaptación y flexibilidad serán clave para superar los desafíos laborales y garantizar la continuidad de las empresas en el cambiante entorno económico actual.